Como muchos de vosotros estaréis ya pensando cómo desembarazaros de vuestros hijos este verano, desde Mogambo os vamos a proponer una solución tan eficaz como sencilla: enviadlos a Irlanda a aprender inglés. Sí, amigos, sí: la isla esmeralda es un lugar precioso, lleno de bucólicos paisajes y de amable naturaleza. Y para que el chaval o la chavala vaya haciéndose un poco a la idea de cómo son sus habitantes y sus pintorescas costumbres, no sería mala idea que le quitaseis la chorrada que esté escuchando en estos momentos (música trap, o electrolatina, o pop coreano), y le pongáis en su tocadiscos este LP, titulado “Too-Rye-Ay” (si os preguntan qué quiere decir, inventaos algo, no os lo voy a dar yo todo mascado). Es verdad que la portada disuade un poco (¿quién es este perroflauta?, seguro que exclamarán al ver al desaliñado Kevin), pero una vez que levantas la aguja y la dejas caer sobre “The Celtic Soul Brothers” (la canción que abre la cara A) podrás comprobar cómo la desconfianza inicial se va trocando en un sutil gesto de intriga, que poco a poco se convertirá en arrollador entusiasmo conforme avance la escucha (ese feroz “Let’s make this precious” no tiene desperdicio), y que desembocará en una explosión de júbilo al aterrizar en “Come on Eileen”, el himno que cierra el disco, y que supuso el único número uno de la banda en los EEUU.
Durante casi tres cuartos de hora, una perfecta combinación de folk, soul, punk y desvaríos sonoros convencerá a vuestro retoño de que en Irlanda la música conserva una energía indómita y guerrera, y os rogará para que le enviéis lo antes posible a aquel lugar de ensueño. Eso sí: cuando ya esté embarcado en el avión le mandáis un WhatsApp explicándole que el disco tiene cuarenta años de antigüedad, que el tal Kevin Rowland lleva décadas sin asomarse por las listas de éxitos (y que se dedica a hacer videoclips en los que sale, agarraos que esto es muy fuerte, con su nieto), y que de los fabulosos Dexys Midnight Runners ya nadie se acuerda en su Irlanda natal. Decidle a vuestro retoño que no se enfade, que se divierta y haga amigos, y que, si le sirve de consuelo, los irlandeses que sí siguen al pie del cañón son U2: a ver si tiene suerte y puede ir a una de sus homilías… quiero decir, a uno de sus conciertos.