El Mogambo era un bar que estaba situado en la costa oriental de Málaga en los años 80, concretamente en el pueblo de Torre del Mar, testigo de mis primeros amoríos y mis primeras juergas, e incluso mis primeros castillos de arena. El Mogambo era una isla dentro del escenario de garitos del pueblo, anegados en la canción del verano. En el Mogambo sonaban Chuck Berry, Brighton 64 y y, lo que era aun mas inusual, pinchaban toda la música con singles de 45 RPM.
Las paredes y la barra eran de madera, dándole un toque de distinción y carácter clásico, como de bar de spaghetti-western. No recuerdo muy bien, pero creo que había un poster de Los Elegantes en la parte de atrás y algunos vinilos desperdigados por la barra, entre ellos uno de Sam Cooke, sonriendo. Era igualito que mi amigo Moncho, o eso nos parecía después de unos cuantos pom -pones de tequila. La ausencia de móviles con cámara en aquella época y , sobre todo, la leche de pantera, emborronan los recuerdos, acaso dándoles un toque aun mas mítico debido a la escasez de testimonios visuales de aquel templo Rocker.
Mi amigo Migue ese verano se dejó el tupé más alto y quedaba con sus amigos rockabillies al fondo de la barra. Sin duda le quedaban bien los booggies, ese año creo que se enrolló con Bea la de Madrid, que era un auténtico bombón. En cualquier caso, Migue era un gran aficionado al rock clásico. También me hablaba mucho de los Rock and Bordes, de su Graná natal. Creo que nunca los escuché, en cuanto acabe el relato los busco en you tube. Nosotros entrabamos al bar después de habernos bebido la botella reglamentaria de coñac con chocolate en el callejón, sentados en el bordillo. Y algún litrillo de cerveza. Empezabamos la noche filosofando en el callejón, era un rito. Y digo entrábamos porque mas o menos lo recuerdo; lo que no recuerdo es nunca haber salido del Mogambo.
Y creo que así fue. Nunca llegamos a salir del todo del Mogambo. Nuestro corazón quedó entre sus paredes de madera, sus vinilos de Little Richard, Sleepy Labeef, Gabinete Caligari, Dinamita pa los pollos… su aire de libertad, las chicas alegres bebiendo tequila, los pandilleros, las noches de verano. Camarero sirvanos el mejor bourbon de Texas…
Allí quedaron las sombras imborrables de tantos momentos de amistad, ese Carlitos haciendo de las suyas, ese Curro y ese Báez ligando con las chicas del Faro, ese Juanma con la sonrisa eterna. Historia viva de nuestras vidas y un soplo de aire fresco para el alma recordarlo. Porque si amigos, el Mogambo existió y nos marcó para siempre.
Y dicen las malas lenguas que no hay como el calor del amor en un bar…
1 comentario
Me encanta! Yo iba al Mogambo en la época de los bares del copo, estaba en la calle Princesa en Torre del Mar