Ayer volvieron a resucitar Los Cero en Granada. Después de la pandemia. Este año se cumplen 40 años de la banda, con su consabida “muerte” en 1996 y su resurrección en 2016. Disco nuevo de estudio incluido, son un caso atípico en el panorama del rock nacional ya que están en su mejor nivel en la última etapa de su carrera, cosa que en este país es absolutamente inédito. Los Cero siguen sumando historias al carrusel, como si nada hubiera pasado, como si los 20 años en barbecho no hubieran pasado factura alguna. Las carreras en solitario o con otras bandas han mantenido a sus miembros en forma y el resto lo hacen unas gotitas de autenticidad.
Y es que 20 años no es nada. Todavía recuerdo esa cinta con “12 canciones sin piedad “ allá por el 1989, en mi época del instituto, en la que descubrí ”Ésta Noche” y “Al borde del abismo” y aquella mítica actuación en el Plastic de TVE , donde los coros y la actitud de Jose Ignacio Lapido en la parte final de “Que fue del Siglo XX” me deslumbraron de tal manera que ya seguí su estela hasta su “último” concierto, aquel de Maracena de 1996.
Pues ahí están Jose Antonio, José Ignacio, Víctor, Tacho y Jacinto como si nada, rozando los 60 y con una contundencia en directo a prueba de bomba. Yo reconozco que pensé que tras la pandemia ya no se iban a volver a juntar después y míralos, quitándome la razón, otra vez. 091 son una banda de rock ejemplar, cuasi enciclopédicas sus canciones. Únicos en este país. Melodías que en sus inicios comprimen la herencia pop nacional de los 60 junto con energía y actitud rozando el punk, hasta poco a poco ir evolucionando hasta un estilo de pop-rock depurado en sus melodías e inabarcable desde el punto de vista literario, gracias a las letras de José Ignacio Lapido, documentadas y con el enorme criterio de quién aplica los conocimientos mitológicos y filosóficos en el bar de los suspiros cotidianos, en el engranaje de la intrahistoria, de los antihéroes que forjan realmente las bases de la civilización humana. Los Cero, si te fijas en sus canciones, han conseguido plasmar el fin del siglo XX y el advenimiento del XXI sin caer en misticismos superfluos, sino con un realismo poético que siempre tuvimos unos cuantos de mi generación guardados en lo más profundo de nuestra conciencia.
Las letras de Jose Ignacio han conseguido detenerse en el tiempo ,y aún más, ser proféticas y absolutamente extrapolables al presente que estamos viviendo hoy, feria de contradicciones consecuencia, como ya nos cantaban, de un pasado indefinido…Y junto a la contundencia de su directo, para muchos nos queda claro una cosa: 091 pasará a la historia como la mejor banda de rock de esté país, por derecho.
Su vuelta a los escenarios es el amor después del amor, el no rendirse ante la adversidad, el seguir siendo consecuente contigo mismo y, a pesar de haber sido vencidos por enésima vez(esta vez por un virus), salir a gritar a los cuatro vientos que éste es nuestro tiempo.
El tiempo de terminar lo que empezamos, de leernos el pensamiento y escribir en un posavasos nuestros mejores versos … por muchos años más.