.Esa tarde se desangraba el 2022, poco a poco, a ritmo bajo. Y entonces apareció ella para meter otra marcha. Hay personas que quieren caer en gracia y otras que son graciosas. Ella pertenece a esta segunda categoría, la elegancia innegociable mezclada con un macerado sentido del humor, algo así como un blanco y negro de café helado y turrón una tarde de verano en la Costa del Sol. Desde el primer momento, su brillante y a la vez tímida mirada consiguieron atraer mi atención. También brillaba su vestido de lentejuelas, que era como una luz que atraía a luciérnagas como yo, errantes. La verdad es que, siendo sincero, ya no desespero por encontrar my rock and roll girl. Pero esa noche ella tenía algo especial, y no me refiero a nada efímero, sino mas bien a lo contrario. Algo que siempre ha estado con nosotros, algo eterno. Me refiero a su naturalidad. Su naturalidad hacía estallar en añicos todos los metaversos que pudiérais imaginar. Atemporal era su manera de expresarse, ajena a las modas, transparente. Eterna, como el mar que la seguía a todas partes.
Y el caso es que ,contra todo pronóstico, la llegada del nuevo año, por fin, se coloreó de otra manera, con muchos mas colores de los que yo pensaba aquella tarde. Justo, justo antes de que una bella extraterrestre hubiera aterrizado en el barrio de La Victoria para iluminar sus oscuras paredes, que son las de mi corazón.
Esa tarde, sin duda, nació algo especial.
…Something in the way she moves attracts me like no other lover…