Antonio Carlos Jobim - Ola(1967)
¡Marchando otra del abuelo Cebolleeeeeeta! Iba yo un día por el instituto, pavoneándome con mis singles recién comprados de Police y Kaka de Luxe, cuando uno de los chicos mayores se me acercó sonriendo, se sacó el cigarrillo de la boca y de su mochila extrajo un LP con una jirafa en la portada. “Algún día, chaval, dejarás de escuchar ruido y sabrás apreciar esta exquisitez”, me auguró el muy sabihondo. Yo, no menos sabihondo, le repliqué displicente: “Eso es música para ascensores, so carroza”. Pero (ay), pasaron los años, y hoy en día puedo afirmar que aquel tío tenía toda la razón: este “Ola” (“Wave” en su versión anglosajona) es uno de esos diez discos que llevaré conmigo a la famosa isla desierta (subterfugio para decir al asilo en el que me enclaustrarán mis familiares cuando me ponga un poco más gagá de lo que ya estoy). Música tan etérea como inolvidable, canciones tan rotundas como artesanales, melodías tan livianas (asegúrate de que el volumen está alto: si no, quizás no las escuches) como potentes. No os dejéis confundir por su aparente simplicidad: se trata de composiciones trabajadísimas, que no necesitan de excesos orquestales ni de exhibiciones vocales (de hecho, todos los temas, excepto “Lamento”, son instrumentales). Paradójicamente (o no), un LP tan refinado apenas llegó al 114 del Billboard norteamericano, pero con los años se ha consolidado como uno de los discos más deslumbrantes de la bossa nova. La música ideal, en fin, para abstraerse de la cacofonía reinante. Aunque sea metiéndote en un ascensor y negándote a salir.
Ed Original 1967
Sello: AM Records