Rick Astley - Whenever you need somebody(1987)
Aunque por el nombre parezcan un bufete de abogados judíos, en realidad Stock, Aitken y Waterman son un trío de compositores y productores británicos que, a finales de los ochenta, ejercieron como Pigmaliones de varios artistas a los que cogían prácticamente de la nada y llevaban a los más altos pináculos del éxito. Y ese fue el caso del imberbe Rick Astley, cuya voz y maneras ante el micrófono convencieron al trío para ponerle en bandeja las canciones de este disco, uno de los pelotazos más fenomenales del final de aquella década brillante y un poco impostada. El disco es un poderoso ejercicio de pop bailable, y se vendió como churros: el que firma estas líneas recuerda que todas las chicas de aquel verano llevaban una foto de Rick en sus carpetas, y que se sabían de memoria todas las canciones de este LP, que vendió la burrada de 15 millones de copias en todo el mundo. El bueno de Rick se convirtió en estrella de la noche a la mañana, y no se bajó de ese pódium durante unos años, hasta que decidió (¿qué necesidad había?) pasarse a un repertorio más adulto y reflexivo, cosa que no hizo ni puta gracia a sus fans, que le dejaron tirado como una colilla. Circunstancia que importó poco a Stock, Aitken y Waterman, que olvidaron enseguida a Rick y propulsaron las carreras de recién llegados como Kylie Minogue y Jason Donovan, llegando incluso a reflotar la de venerables reliquias como Donna Summer o Cliff Richard. Para los amantes de los finales felices, diremos que Astley recompuso su carrera, tuvo algún que otro éxito y que en fecha tan reciente como 2021 se ha dedicado a hacer versiones de The Smiths (lo cual, ahora que lo pienso mejor, tampoco es un final muy feliz que digamos).
ED Original 1987
Sello: RCA